Desde Francia,
el Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte años
siguientes adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El
naturalismo presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la
herencia genética y el medio en que vive. En él influyen el Positivismo de Auguste Comte, que no valora lo que no puede ser objeto de experiencia, el Utilitarismo de Bentham y Stuart Mill, que juzga todo en función de su utilidad, y el Evolucionismo físico de Darwin y social de Herbert Spencer, que niega la espiritualidad del hombre al negar la intervención divina, y el materialismo histórico de Marx y Engels.
En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la
condición humana está mediatizada por tres factores: la herencia
genética, las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) y el entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo.
De aquí deriva otra importante característica del Naturalismo, una
crítica (implícita, ya que el valor documental y científico que se
pretende dar a la literatura de este tipo impide aportar opiniones
propias) a la forma como está constituida la sociedad, a las ideologías y a las injusticias económicas, en que se hallan las raíces de las tragedias humanas.
- La fisiología como motor de la conducta de los personajes;
- Sátira y denuncia social. La novela naturalista no vale como simple pasatiempo, es un estudio serio y detallado de los problemas sociales, cuyas causas procura encontrar y mostrar de forma documental
- Concepción de la literatura como arma de combate político, filosófico y social;
- Argumentos construidos a la sombra de la herencia folletinesca y orlados de un abrumador.
- Feísmo y tremendismo como revulsivos. Puesto que se presentan casos de enfermedad social, el novelista naturalista no puede vacilar al enfrentarse con lo más crudo y desagradable de la vida social.
- Adopción de los temas relativos a las conductas sexuales como elemento central de las novelas. No se trata de un erotismo deleitoso y agradable, sino que es una manifestación de enfermedad social, suciedad y vicio. Por ello, frecuentemente el novelista naturalista se centra en el mundo de la prostitución, vista como lacra social y como tragedia individual. El público confundía sin embargo a veces naturalismo con pornografía, lo que no era la intención de los naturalistas. Estos critican con frecuencia la literatura folletinesca que trastorna la percepción de la realidad.
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