Los poetas de post-guerra fueron aquellos que, en pleno
desarrollo de
la Guerra de abril de 1965 y durante la primera década que
siguió a ésta, pusieron la protesta en primer plano
y asumieron el compromiso histórico de repudiar
incondicional-mente la segunda intervención norteamericana
a la República Dominicana al tiempo que intentaron, a
través de su canto, de sepultar para siempre el
espíritu diabólico de la tiranía
trujillista, rechazando toda posibilidad de supresión de
las libertades individuales. Los Poetas de post-guerra hay que
dividirlos en dos categorías: poetas escogidos y poetas
excluidos 42.
Los escogidos fueron aquellos que encontraron
protección y apoyo en las páginas del
suplemento literario Aquí, del periódico
La Noticia, bajo la dirección de Mateo Morrison, uno de los
principales representantes de dicha promoción. Entre los que disfrutaron el
privilegio de figurar entre los escogidos estaban: Norberto James
Rawlings, Enriquillo Sánchez, Andrés L. Mateo,
Alexis Gómez Rosa, Enrique Eusebio, Federico Jóvine
Bermúdez, Tony Raful, José Molinaza, Soledad
Alvarez, Miguel Aníbal Perdomo y Luis Manuel Ledesma. Los
excluidos nunca o muy escasas veces tuvieron acceso a las
páginas de Aquí, el medio que difundió
más ampliamente la producción literaria de entonces. Entre los
principales excluidos se destacan: José Enrique
García, Josefina de la Cruz, René Rodríguez
Soriano, Pedro Pablo Fernández Tomás Modesto
Galán, Radhamés Reyes Vásquez, Wilfredo
Lozano, Domingo de los
Santos y Chiqui Vicioso.
DECLARACION DE LOS ARTISTAS
El arte vive dentro de un compromiso contraído
ineludiblemente con la sociedad y el tiempo que lo
crean. Los artistas dominicanos, conscientes en todo
momento de esta responsabilidad, hemos participado en la lucha
desarrollada heroicamente por el pueblo de la República
Dominicana. Y seguimos participando en su firme decisión
de mantener en la mesa de conferencias los principios
fundamentales de esta lucha. El arte, integrado como actividad
colateral a la lucha armada, ha constituido una fuente de impulso
al espíritu indomable que mantuvo en la trinchera vivo el
heroísmo e inagotable la fuerza.
Nuestra sociedad es ésta
y éste es nuestro tiempo. Los artistas no hemos vacilado
en acatar este designio histórico y, yendo
más allá, realizamos aportes de inestimables
valor al martirologio de la revolución. Hoy, cuando se busca por los
caminos de la paz la solución real al conflicto que
llevó al pueblo a las armas,
consideramos como un deber ineludible alzar nuestras voces para
que el mundo sepa que hemos estado junto al pueblo y que como
siempre estaremos dispuestos a combatir con el arte como
arma y escudo. Los artistas dominicanos
hemos padecido con indignación en la sangre el
atropello incalificable contra la Soberanía Nacional que una potencia
extranjera, por la razón de su fuerza, ha perpetrado
con la República.
LA NARRATIVA
En la década de los cuarenta, la narrativa
española se dedicó a hacer propaganda y a
exaltar al bando vencedor en la guerra civil. En general, era una
narrativa convencional, que no tenia encuentra las innovaciones
que ya existían en la literatura europea y
americana.
Sin embargo, la primera novela de Camilo José
Cela, La familia de
Pascual Duarte, marca la
inauguración de una corriente narrativa llamada
tremendismo, caracterizada por tomar los aspectos
más brutales de la realidad para efectuar una
reflexión profunda sobre la condición
humana.
En los años cincuenta, la novela se aleja de los
conflictos
existenciales de personajes aislados para afrontar planteamientos
más comprometidos con la sociedad en su conjunto. Se
inicia el realismo social en el que la novela se centra en la
denuncia de la injusticia como resultado del compromiso
político y moral del
autor. Entre los autores que destacan están Camilo
José Cela, Juan Goytisolo y Carmen Martín
Gaite.
Ya por los setenta, las innovaciones de la novela
europea y la brillantez de la narrativa latinoamericana hacen que
los novelistas españoles se interesen más por los
aspectos formales. La novela más influyente de este
periodo es Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos. Es
necesario mencionar a los escritores Luis Goytisolo, Miguel
Delibes, Juan Benet y Gonzalo Torrente Ballester.
La narrativa de las últimas décadas
retorna a la subjetividad, al ámbito de lo intimo por
encima del análisis del mundo externo, de la
sociedad.
Respecto a las técnicas
narrativas, no hay una tendencia homogénea entre los
escritores, ni tampoco es frecuente el uso exclusivo de una de
ellas en cada escritor, sino que abunda el eclecticismo, la
mezcla de técnicas tradicionales y
vanguardistas.
La experimentación formal es mucho más
moderna que en las novelas de los años sesenta. Las o
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